Privatizaciones de propiedades comunales en el siglo XIX. Las Desamortizaciones



La "Desamortización de Mendizábal" se produce cuando el 19 de febrero de 1836, Juan de Dios Álvarez Mendizábal, hombre de negocios, masón y convencido liberal que financió y participó en el pronunciamiento de Rafael del Riego, (pronunciamiento que daría inicio al Trienio Liberal -que supuso la imposición del liberalismo sobre el absolutismo de Fernando VII, obligándole a jurar la Constitución de 1812 y a suprimir la Inquisición), decretó la venta de todos los bienes de un gran número de órdenes religiosas, órdenes que el mismo Mendizábal había prohibido.

Una enorme cantidad de inmuebles producto de donaciones y testamentos, que eran gestionados por los clérigos mediante rentas bajas, y de tierras labradas por braceros, fueron subastadas en grandes lotes, pasando a manos de la nobleza y la incipiente burguesía. Estas expropiaciones y posteriores privatizaciones derivaron en aumento de los precios de los alquileres de viviendas y de las rentas de terrenos cultivables, para mayor beneficio de los ricos y perjuicio de los pobres, jornaleros y campesinos.
Pero no sólo se privatizaron terrenos pertenecientes a la Iglesia Católica, si no también una enorme cantidad de tierras comunales propiedad de los municipios, que servían de complemento para la precaria economía de los campesinos y ganaderos, condenando así al hambre y a la miseria a la clases más humildes y concentrando la riqueza en manos de liberales adinerados.

En 1855, diecinueve años después, durante el bienio progresista, la "Desamortización de Madoz", se encargó de poner en venta la inmensa mayoría de las propiedades comunales de los concejos y de los ayuntamientos, que pasaron a manos privadas.
Fueron privatizadas enormes extensiones de bosques de titularidad pública, así como tierras de pasto, hornos, molinos y otros medios de producción comunales que eran aprovechados tanto por los habitantes del concejo como por los foráneos, ya que se alquilaban para sacar rentas con las que se sufragaban gastos como empedrado de calles y mantenimiento de caminos, encauce de aguas para regadío, el sueldo del maestro, el mantenimiento de la escuela, etc.

Estas privatizaciones llevaron la ruina y quiebra a muchos municipios rurales castellanos y supusieron una diáspora para sus habitantes, que se vieron forzados a huír hacia cualquier sitio que les ofreciera trabajo, incluidas Las Américas, con el consiguiente desarraigo, y progresivo olvido de lo comunal, que había existido durante tantos siglos en Castilla.

Además de la esquilmación de recursos, la "Desamortización de Madoz" supuso una catástrofe ecológica, ya que la mayor parte de los compradores de las tierras, buscando una rápida rentabilidad a sus inversiones, hicieron carbón vegetal del bosque mediterráneo, deforestando una enorme superficie de zonas boscosas y diezmando la población de un gran número de especies vegetales y animales en esas regiones.

Como curiosidad, señalar que en la popular plaza de Tirso de Molina, en el centro de Madrid, se encuentra, escondido tras las paredes del metro, el cementerio del antiguo convento de la Merced, bellísimo edificio renacentista con una de las iglesias más grandes de Madrid y que estuvo situado en lo que hoy es la plaza de 1564 hasta el año 1834, año en que es destruido a consecuencia de la desamortización de Mendizábal. En su lugar, se construyó la plaza del Progreso, también denominada durante un breve periodo de tiempo plaza de Juan Álvarez Mendizábal que hoy se conoce como plaza de Tirso de Molina.

Sobre el cementerio de la Merced:  https://espanafascinante.com/lugar-para-visitar/que-ver-en-madrid/el-cementerio-oculto-de-la-estacion-de-metro-de-tirso-de-molina/

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