Unamuno, Monodiálogos. Ahora, 1933:
"Pero -me replicó- con eso de derechas e izquierdas, tal como venimos usando, nos entendemos todos...
-¡No, no y no! -le atajé-. Con eso lo que hacemos es desentendernos. Nadie ha sabido decirme, de los dos extremos, el del individualismo -el anarquismo contra el Estado-, y el del socialismo o estatismo- el bolchevismo- cuál es el de la izquierda y cuál el de la derecha"
EQUIPO ROJO Y EQUIPO AZUL: EL MISMO REGLAMENTO
La diferencia entre un votante de izquierdas y uno de derechas en el siglo XXI es que, aunque los dos votan el mismo tipo de sistema económico -capitalismo liberal más o menos maquillado por subvenciones (1)- y el mismo tipo de sistema político -fundamentalismo democrático-, el de derechas sabe que vota liberalismo, le guste o no.
El votante rojo y el votante azul, militantes ambos del fundamentalismo democrático que aceptan la misma democracia liberal capitalista, se dividen por equipos según los movimientos sociales que defiendan o rechacen. Por eso los activistas políticos, gurús de la superficialidad, se erigen en defensores de falsas banderas que en realidad no son más que etiquetas, categorías sociológico-culturales que se compran en pack y que sólo sirven para recluir a los votantes en uno u otro rebaño mental, y que a grandes rasgos, podrían ser éstas:
***Izquierda sociológica = Animalismo + Generismo (feminismos, LGTBQueer...) + Identitarismos (desactivación de la lucha de clases) + Independentismos (privatización de territorios) + Internacionalismo (en realidad, cosmopolitismo) => todo esto es perfectamente compatible con el liberalismo económico y el individualismo social, actitudes que los izquierdistas les achacan a las derechas.
***Derecha sociológica = Catolicismo + Tradiciones + Familia + Patria + Centralismo. => Nada de esto es individualista ni anti estatal per se, a pesar de que la derecha se asocia con el liberalismo económico. También el Franquismo se asocia con la derecha sociológica, a pesar de que la estructura económica del Estado fue socialista desde un punto de vista económico y que fue la izquierda democrática la encargada de liberalizar la economía española después de la Transición.
En redes sociales y discusiones familiares, derechistas e izquierdistas se lanzan ad hominem mutuamente, acusándose unos a otros de todo tipo de prejuicios achacables a cada equipo, y ambos predicen el apocalipsis si los otros llegan al poder. Descalificaciones como "totalitario" o "fascista" demonizan al interlocutor y evitan contra argumentar lo que dice. Con frases y actitudes como "Al fascismo (o al comunismo) no se le discute, se le combate", se evita tener en cuenta la tesis que el contrario defiende, y se proscribe para no refutar. Se le reprochan al contrario actitudes que no ha defendido o acciones que no ha cometido porque que entran en su pack ideológico, y así se evita razonar sobre el argumento real del otro.
Lo importante de esta clasificación no es lo que clasifica, pues no hay nada que clasificar en un panorama político uniformado. Lo importante del eje de coordenadas izq/dcha sociológica aquí y ahora, es que no cabe nada fuera de él, que no permite pensar fuera del tiesto. Y es que las cosas importantes, las que de verdad cambian la realidad social, no entran dentro de categorías tan superficiales. Las categorías que permitirían cambiar algo son las que afectan a la organización de los sistemas productivos, y estas categorías no entran el eje de coordenadas de la partitocracia capitalista liberal.
Todos presumen de ser los más demócratas, pero todos defienden el mismo sistema, todos juegan a la misma farsa liberal que nos subordina y nos somete al poder financiero internacional.
LAS IZQUIERDAS
El izquierdista lleva siendo engañado décadas, pero prefiere no darse por enterado de que vota la misma mierda con diferente envoltorio y se agarra al supremacismo moral como a un clavo ardiendo, enarbolándolo como argumento estrella.
El político de izquierdas y su aparato propagandístico, conscientes de que las diferencias son sólo sociológicas, se empeñan en reducir la política a la mera sociología y presentar como progresista y
revolucionario cosas como los "derechos de bragueta", la existencia del
género, la lucha de sexos, o el derecho a la prevalencia de los
sentimientos frente a la realidad. Este idealismo totalmente ajeno a los
intereses de la clase obrera, alimenta un caldo
de cultivo en el que las cosas realmente importantes (geopolítica,
economia, soberanía) quedan en la irrelevancia y que favorece el asentamiento de la ideología liberal, que campa a
sus anchas en la izquierda.
De lo único que se encarga el Estado de izqueirdas es de financiar chiringuitos identitaristas mediante subcontratas gestionadas por filiales de partidos políticos. Los asuntos importantes, los que determinan el nivel de vida de la clase obrera, los gestionan organismos supranacionales que siguen políticas globalistas que favorecen los intereses del capital financiero.
Por eso los millonarios como Soros financian movimientos sociales identitaristas, porque es más que rentable sustituir la conciencia de clase por los diferentes identitarismos (feminismo, trans-activismo, gitanismo, inmigracionismo, indigenismo, racialismo, secesionismo...)
La izquierda, pese al supremacismo moral del que hace gala, pavoneándose de defender la "justicia social" (hasta ese concepto se lo robaron a la iglesia católica) lleva años tomándonos el pelo: empezó en la transición desmontando el entramado de empresas estatales para privatizarlo y hace pocas semanas aprobaron la mochila austriaca, así que que no vengan a vender humo, que me sé todos los trucos. Y el que tenga dudas, que lea esto https://www.larazoncomunista.com/post/el-robo-del-patrimonio-nacional-espa%C3%B1ol-durante-la-transici%C3%B3n-privatizaci%C3%B3n-y-desindustrializaci%C3%B3n
LAS DERECHAS
¿Y la derecha?, ¿qué es la derecha?
Según la división original derivada de la revolución francesa, la derecha como opción política es la que preconiza la unión del trono y el altar (gobierno no elegido democráticamente + autoridad religiosa).
Atendiendo a esta definición, la única derecha realmente existente en Europa ahora mismo es el islamismo, que pretende imponer la sharía (ley religiosa).
Por tanto, y dado que en España todo el espectro político acata el mismo sistema partitocrático de sufragio universal y ninguno pretende imponer ninguna ley religiosa, todos los partidos políticos existentes hoy día, son de izquierda según la definición original.
Por otra parte recordemos que ya desde la creación del término izquierda, la izquierda es liberal, ya que los que estaban a la izquierda en la asamblea constituyente francesa, reclamaban el poder para la burguesía poseedora del capital frente a la nobleza y frente a al rey, que representaba al Estado, y del que reclamaban que no interfiriera en sus negocios.
Por todo esto, las etiquetas izquierda y derecha son inútiles a los intereses de la clase obrera. Jugamos con cartas marcadas, y eso sólo sirve para dividirnos y fanatizarnos, además de polarizar la sociedad de una forma artificial e inútil que sólo beneficia a los vendedores de humo, vistan la camiseta que vistan.
(1) Las subvenciones a ONGs, fundaciones y otros chiringuitos que se supone están ahí para
defender causas justas, en realidad sirven a intereses
geoestratégicos desde el punto de vista ideológico y a intereses personales y políticos desde el punto de vista económico, ya que sirven para derivar dinero público a partidos políticos mediante redes de asociaciones que derivan dinero público a bolsillos privados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario